Roldán Lauzán. Del goce a la redención.

Por Aisel Arencibia Díaz

REDEMPTION, del latín “redemptio”, habla de la salvación, del rescate, de la liberación de algo hipotecado, embargado o detenido; de un nuevo comienzo, de un renacer. Es por esto que no creo que pueda haber un mejor título para nombrar la exposición personal del artista cubano Roldan Lauzán Eiras.

Lauzán se dió a conocer hace alrededor de cinco años, luego de culminar sus estudios en la Academia de Bellas Artes Eduardo Abela y de participar en muestras colectivas de importantes galerías cubanas como Villa Manuela, Galería Habana y Artis 718. Los que hemos seguido su trayectoria de cerca (tengo la dicha de estar en ese grupo), hemos visto la evolución de una carrera paso a paso, de forma sólida y cuidadosa, hasta llegar a convertirse en lo que es hoy: un artista que nos regala una obra sin complacencias ni gratuidades, llena de códigos a descifrar; una obra majestuosa, desafiante y peligrosamente hermosa.

 

Roldán reconoce que a través de esta muestra ha buscado dar respuestas a incertidumbres y necesidades espirituales personales, y al mismo tiempo nos ofrece el resultado de la búsqueda de su propio lenguaje artístico. Con esta culminación de etapas se abren otras, y es evidente que además de abordar el tema de la Redención, se está redimiendo a sí mismo.

En sentido general, estamos presenciando una obra que puede entenderse como un diálogo establecido entre antagónicos, y dicho diálogo está dado en gran medida por una manipulación o subversión de imágenes provenientes de simbologías e iconografías religiosas, espirituales y ocultistas.

Un elemento formal a destacar dentro de la exhibición es el trabajo con láminas de plata, procedimiento que requiere de gran paciencia y disciplina. A través del uso de este antiquísimo método, se remonta a las prácticas casi artesanales del Medioevo y el Renacimiento, abogando por devolver la importancia a la imagen «fabricada» por el artista, a la manualidad y a la riqueza visual que proviene de ella y al ejercicio creativo; elementos que a veces se opacan frente a los procedimientos conceptuales del Arte Contemporáneo.

Una obra realizada en su totalidad con la técnica antes mencionada es EL COLAPSO DE LA CIVILIZACIÓN, de la serie SANCTORUM, donde utiliza la simbólica imagen del Árbol de la Vida para abordar problemáticas de la sociedad actual. Nos invita a reflexionar sobre la pérdida del paradigma moral que hasta ahora construía y sustentaba nuestras sociedades y habla sobre la crisis real y profunda de la espiritualidad humana.

Otra pieza clave es IRREVERSIBLE. Una hermosa muchacha es atravesada por una flecha, sin embargo, su rostro es de éxtasis, de calma, de sosiego. Ella no está sufriendo, está disfrutando un ciclo que no tiene vuelta atrás y se complace con la idea de poder renacer sin ataduras; siente esperanzas en medio de la desesperación y asume su derrota para convertirla en un nuevo comienzo.

En el caso de las monjas (serie HIEROFANTE), representa determinados estados psicológicos a partir de rostros de mujeres dedicadas a la vida consagrada, personas que todos asociamos con el bien, con la divinidad y la pureza. La alteración de su apariencia facial y las gestualidades añadidas, provocan una transformación de la imagen que todos tenemos culturalmente instaurada de lo que debe ser una monja.

Se atreve a crear sus propios hierofantes para develar los recientes misterios del mundo, y los colma de una mezcla hermosa de cielo y tierra. Nos regala un nuevo vínculo entre el hombre y las fuerzas sagradas y, el mismo, representado siempre por una hermosa y controversial mujer; acerca ambas realidades hasta convertirlas en una sola, hasta mostrarnos un personaje que puede encerrar toda una gama de sentimientos contrastantes, un personaje que no hace más que revelar que las imperfecciones son circunstanciales y provienen de los dos extremos opuestos que todos llevamos dentro.

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